sábado, 27 de diciembre de 2008

Pesadillas

Silbidos metálicos contra el viento, cortando la densa brisa nocturna de esta noche helada, en un bosque maldito mucho tiempo atrás por alguien que ya nadie recuerda. Rencores olvidados en la corriente del tiempo, futiles y mundanos, pero cuyas consecuencias sigue padeciendo esta tierra marchita.
Silbidos que se suceden sin descanso, continuados, acompañados por los entrecortados jadeos de una respiración a la que le cuesta ya mantener el ritmo. Las manos guían incansables ambas espadas contra las invisibles sombras del páramo, sombras que no pueden ser cortadas, ni vencidas. Sombras que no están ahí. Pero nada impide que las estocadas y abanicos se enfrenten al viento una y otra vez, en su ululante y arítmico canto de soledad. Pies descalzos que pisan hierba mucho atrás muerta, intentando seguir el ritmo de las manos, saltando, cabriolando para esquivar golpes que nadie mas que él mismo ve.

Al final, un traspié contra una raíz podrida, y el mestizo cae de rodillas sobre la blanda y húmeda tierra, dejando caer los brazos a los lados, las armas reposar en el suelo, la argéntea cascada derramada sobre sus hombros y pecho, sobre su rostro, mientras lucha por llenar con algo de oxígeno los pulmones que le arden en el pecho. Y entonces, una vez mas, como tantas otras noches, la siente, malditamente cerca de él, tan próxima y lejana... Nota con total claridad el fino dedo bajando en sutil caricia por su espalda desnuda, culebreando entre las perlas de sudor que llora su piel, deteniéndose a degustar cada relieve de sus cicatrices, resiguiéndolas como tantas veces hizo... Llega entonces la voz, indudablemente femenina, dura y delicada al tiempo, tan fría como odiosamente hechizante:
- ¿Ya no puedes mas, gatito? – Pregunta con fingida desilusión infantil, y aunque no puede verlo, el mohín en los labios carmesí se dibuja en su mente con exactitud fotográfica.

Los ambarinos ojos de Aldarion siguen fijos al frente, clavados con tensa rigidez, la sombra de la demencia pintada en desenfocados trazos oscuros bajo ellos, en unas macabras ojeras de trastornado. No quiere girarse, no puede hacerlo, no está preparado para lo que vería a su espalda. Nunca lo estará. Sabe perfectamente que no está ahí, que no puede estar ahí... Que se fue mucho tiempo atrás, sin dejar mas que una fría despedida, sin explicación, sin motivo... Sabe que se fue, aunque desde entonces le visite todas las noches. Malditos los fantasmas de aquellos que no han muerto, malditos los ojos que ven, y la mente que recuerda.

El tacto en su espalda deja de sentirse, al tiempo que rojas botas aparecen ante él. No alza la vista, hasta que los finos dedos tiran de su mentón hacia arriba, sin fuerza ni prisa, dejándole que la contemple gradualmente, extenuado como está, pero no por el ejercicio. Una mujer alta, de porte indudablemente atlético, fino y exuberante en curvas, como sus ajustadas ropas y su escueto chaleco dejan ver. Una larguísima y abundante melena de un vivo rojo cae hasta mas allá de sus caderas, cubriendo con natural y desordenada gracia la frente y cuello de la mujer, apartándose en lo alto de la cabeza para dejar nacer dos cortas astas, que lejos de resultar desagradables, no hacen mas que acentúar ese aura de atrayente peligro que la envuelve. Labios carnosos, curvados en esa media sonrisa amarga suya, ese gesto que nunca llegó a perder. La nariz fina, las cejas levemente fruncidas en su eterno gesto de desafío, y esos intensos y agudos ojos verdes, de fuego y de hielo a la vez, tan fríos como ardientes.

Le obliga a mantener la mirada fija en ella por unos momentos que no quieren pasar, que no distinguen entre segundos y días, y al fin, lentamente, sin soltarle, se agacha hundiendo una rodilla en el suelo con agilidad y elegancia, poniéndose a su altura.
- No es así como luchan los guerreros. No es así como me enseñaste a hacerlo... Te vuelves débil, Aldarion... – Añade en un quedo susurro, sin alzar la voz más de lo necesario para ser apenas escuchada, mientras acerca con deliberada lentitud los labios a los suyos, sin perder por un instante ese frío brillo en los ojos.

Y como siempre, justo en el mismo instante en que el abatido mestizo se abandona a su propia locura, en el mismo momento en que cierra los ojos, dispuesto a entregarse a ese beso que sabe fruto de la demencia, la imagen de Sulya desaparece, su cálida respiración se esfuma, y el cosquilleo de su tacto en la barbilla se deja de sentir lentamente, abandonándole una vez mas, otra noche mas, de tantas, a su amargo devenir.
El pulso se le dispara con violencia, inundando las venas de un torrente de adrenalina que hace crujir audiblemente la musculatura al sobretensarse a su paso. Los labios se arrugan, mostrando los pronunciados colmillos, el cabello se encrespa, las felinas orejas se echan atrás. Pero de alguna forma, lo contiene. Consigue sosegarse de un modo superficial que él mismo no alcanza a comprender, que no se molesta en intentar entender.
- Guárdalo para cuando lo necesites... – Cree escuchar en un lejano eco en su mente, seguido por una baja y cristalina risa...

Se alza lentamente, devolviendo las vainas a sus hojas sin un movimiento de mas, sin un solo gesto, sin emoción alguna en sus inexpresivos ojos de animal perdido, sin escuchar el torbellino de emociones que arde frío en su pecho, y que sabe que siempre estará ya ahí. Vuelve a la hoguera con paso lento, tranquilo en apariencia, mientras alza la vista a la Luna, que brilla llena en el firmamento, presidiendo el oscuro manto en su lento paseo de exhibición, seguida como siempre por sus Lágrimas. El momento se acerca, hay que ponerse en movimiento.

Se agacha frente a la hoguera, recogiendo su negro peto de cuero, y lo sacude antes de ponérselo, antes de cubrir el millar de cicatrices que el mapa de su piel resulta, culebreando al son del juego de luces y sombras que las llamas lanzan sobre el tenso e irregular tapiz. Revisa una vez mas cada puñal, cada estaca, cada vial de agua bendita... Y finalmente se pone en pie.

3 comentarios:

Niebla dijo...

la luna siempre presente.....

Pasate por mi blog porfii i mira la imagen del lobo ;)

Niebla dijo...

de nada^^ asi a mi me sirve para recordarme un par de cosas

Alpha dijo...

Que bonito...